sábado, 2 de marzo de 2019

Carlos Concha Vial: "Las élites se sienten modernas con cuadros de manchas"



Pintor chileno. Carlos Concha Vial es uno de los artistas contemporáneos más significativos de la escena nacional. Interpelador y agudo, se refiere a sus inicios, la situación que atraviesa el realismo en su país y la educación formal en artes. 
Por Lic. Camila Reveco

camilareveco.mza@gmail.com 
Argentina

“Desde muy chico sentí atracción y placer al dibujar. Luego en el colegio te das cuenta que sobresales y lo sigues haciendo con más gusto. En mi familia se destacan en el plano artístico por el lado materno; mi bisabuela -que fue una de las pioneras de la fotografía en Chile- y mi abuela que fue una gran pintora y ceramista, merecedora de varios premios en su vida. Ella, Aurora "Lola" Calvo, fue gravitante en todo esto”, explica el pintor realista chileno Carlos Concha Vial nacido el 19 de agosto de 1962 en la ciudad de Santiago.
Comenzando a transitar la etapa de la adolescencia, con sólo trece años, su abuela artista plástica decide inscribirlo en el taller del reconocido Miguel Venegas Cifuentes (1907-1979), fundador de la Facultad de Artes de la Universidad Católica de Chile y maestro de destacados pintores, entre ellos Ricardo Maffei (1953) y el fallecido Claudio Bravo (1936-2011). “Era la academia privada más prestigiosa de la época y yo el menor de sus alumnos codeándome con algunos grandes de hoy”, recuerda Carlos, quien más tarde continuaría su formación en España, durante cuatro años, en la Academia de Muñoz Vera.
En muchas de sus obras Concha Vial representa con maestría Iglesias, museos, avenidas, edificios, estaciones de trenes o parques de ciudades europeas y de su Santiago natal. También figuran entre sus temas predilectos instrumentos musicales, tales como cantigas y violines; y estudios de figura humana y retratos.
Su propuesta pictórica, junto a la de otros de su generación, nos permite decir que el estilo realista sigue vigente (más allá de los castigos que ha sufrido por parte de los creadores del “Todo vale” y del “Todo está permitido”, impulsores de las propuestas más intrascendentes y absurdas). Tiene exponentes de excelente factura y sigue siendo un arte ampliamente cultivado; y por sobre todo, es una propuesta que le permite a cada pintor ser siempre un artista de su tiempo; ser verdaderamente un artista contemporáneo, sin renegar del pasado.
“Siempre me estoy remitiendo y estudiando a los grandes de la antigüedad. A los renacentistas y a genios de la pintura como Vermeer, Rubens, Velázquez, Ramón Casas y Sorolla, maestro de la Luz”, admite el artista chileno que además de pintar, da clases de dibujo y pintura desde su taller.



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